
Toma decisiones oportunas.
a. Haz un alto y organiza tus actividades cotidianas
¿Qué tal si te detienes? Empieza a cambiar las cosas que en este momento preciso si puedes controlar, una a una y sin prisa. Sin pensar en el siguiente día, en el siguiente paso.
b. Date tiempo para relajarte y descansar. Esto es una inversión.
Baja la velocidad, toma más tiempo del que tomas normalmente durante cada actividad, date la oportunidad de premiarte con una bebida refrescante o caliente, o un paseo cuando logras avanzar, disfruta de tu familia y amigos, ejercita, come disfrutando lo que llevas a tu boca, date una ducha disfrutando la temperatura del agua. Empieza a vivir sin presionarte a ti mismo (a).
c. Establece prioridades en tu vida. Lo urgente no siempre es lo más importante.
Establece tiempos para cada área de tu vida y cúmplelos. Reflexiona sobre lo que más toma tu tiempo y si realmente eso es lo más importante para ti. Limita las actividades que te consumen y desgastan, mientras dedicas un poco más de tiempo a aquellas que te aportan y edifican.
d. Determina metas diarias realistas a conseguir.
Empieza por tus rutinas de cuidado personal y el orden de tus espacios. Desayuna, come y cena en espacios y tiempos determinados. Luego mira las grandes metas y proyéctalas a corto mediano y largo plazo, fija metas semanales y así llegarás a las diarias, no abrumes tu agenda. Y marca cada meta conseguida, eso activa tu dopamina.