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Image by Vince Fleming

Identifica qué te hace sentir así.

a. ¿Un problema familiar? ¿Trabajo? Muchas responsabilidades?

Muchas veces mezclamos las áreas de nuestra vida permitiendo que una que funciona perfectamente se vea afectada por la que no funciona tan bien. Si determinas dónde está el problema real, podrías detener ese círculo de problemas. Por ejemplo, no enojarte con tus seres queridos por problemas laborales y cosas semejantes. De esta forma, los problemas se mantienen en el tamaño y lugar en el que deben estar.

b. ¿Pueden ser temores? ¿Al futuro? ¿Enfermedad? ¿Financieros? ¿Al fracaso?

Los temores no son reales, vienen de experiencias anteriores, pero estás temiendo por cosas que no suceden aún. Sacúdelos de tu mente y corazón y piensa que no necesariamente las cosas tienen que salir mal u ocurrir de la misma forma en que ocurrieron en el pasado o a otras personas. Rodéate de personas que han sido valientes y que han logrado vencer temores similares a los tuyos.

c. Analiza y acepta lo que No puede ser cambiado y toma acción para cambiar lo que Si puede serlo.

Muchas cosas no van a depender de ti, por más esfuerzos que hagas, por más buena actitud que tengas. Estás descubriendo que no eres suficiente en todo, y eso está bien, ten paz. No tienes que controlarlo, saberlo, solucionarlo todo tu sola (o). Puedes buscar apoyo de personas con experiencia en las áreas que necesitas mejorar, mientras cambias paulatina, activa y serenamente aquellas cosas que si dependen de ti y de tus capacidades.

d. Comprende que muchas de las cosas o eventos que nos preocupan jamás llegarán a ocurrir. 

Tu mente es más veloz y previsiva, tal vez haz aprendido a vivir en modo supervivencia durante tu vida. Así que cambia las imágenes catastróficas que tu cerebro está creando y transfórmalas por respuestas conscientes y panoramas de confianza, esperanza y fe.

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