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Image by Sebastián León Prado

Ponte en el lugar de tus hijos.

a. Estén enfrentando muchos desafíos que hacen que sus prioridades cambien.

Cada día son más conscientes de su entorno y de su necesidad de ser aceptados por el mismo, su mundo se expande y su núcleo familiar, aunque sigue siendo absolutamente necesario, se da por sentado; priorizando un núcleo social no tan incondicional que marcará su futuro. Es la etapa de afianzar los valores y el apoyo incondicional que solo encontrarán en el abrazo de papá y mamá.

b. Fuiste su héroe por muchos años y cada día descubren que vas por la vida haciendo lo mejor que puedes, necesitan tiempo para adaptarse.

Reconocer tu vulnerabilidad y pedir perdón por tus errores hará que el ambiente se vuelva más empático. Igualmente, es necesario que al reconocer tus errores frente a tus hijos, ellos vean una actitud comprometida con mejorar.

c. No pueden seguir siendo tratados como niños, necesitan aprender a vivir en este mundo con autonomía. Pero siguen necesitando saber que estás ahí cuando las cosas no les sean fáciles.

Por experiencia propia sabes que la vida no siempre es fácil, ahora es el turno de ellos para aprenderlo desde sus propias vivencias, deben estar preparados para seguir adelante cuando ya no estés cerca. Sin embargo, asegúrate de que sepan que cuentan siempre contigo, que serás su lugar seguro y su remanso de paz, si las demás cosas fallan. 

d. Ellos te aman más que a nadie, y tu opinión acerca de ellos les sigue importando mucho.

Siempre habrá en ellos un deseo por no querer desilusionarte; aunque a veces no lo acepten. Las palabras donde afirmes lo bueno que hacen siguen alimentando su identidad y del mismo modo, la corrección con cariño y respeto les hará sentir seguros.

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