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enamorado, pareja

No puedes cambiar al otro, pero puedes empezar a cambiar tú.

a. Tu cónyuge necesita cambiar, pero no lo hará bajo tu presión y tu insistencia.

Si inicias un tema de conversación, hazlo con amor y compasión. No agrandes el problema, el objetivo de toda discusión es llegar al acuerdo.

b. Piensa que actitudes y acciones tuyas ayudarán a mejorar la situación y hazlas.

Si tus formas de actuar y reaccionar cambian, las reacciones de tu pareja también lo harán. El matrimonio no es una competencia por tener la razón, sino una construcción conjunta donde se suman esfuerzos en pro del bien común. 

c. Elimina la queja y la crítica de tu vocabulario.

Los reproches, críticas y juicios constantes hacia el otro, generan resistencia y barreras de comunicación. Todo lo que siembras, cosechas. Piensa que tus palabras son semillas en el corazón de tu cónyuge. ¿Qué cosecha quieres obtener?

d. Acuérdate de las cosas que molestan a tu cónyuge y evítalas.

Para esto necesitas en primer lugar, una disposición a la escucha activa, escucha la necesidad del corazón de tu pareja, lo que está tratando de comunicarte. Además, necesitas un firme compromiso contigo mismo, pues el cambio en ti no se dará tampoco de un día para el otro. Si te vuelves a equivocar y se ha visto el cambio, será más fácil perdonar y retomar el rumbo.

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